A finales del año 2005 la aparición en el rotativo holandés Jyllans-Posten de unas caricaturas sobre el profeta Mahoma, motivó que tras las amenazas de los fundamentalistas islámicos que consideraron que era una ofensa hacia ellos; se alzaron desde el mundo occidental y lógicamente también desde este país, movimientos de apoyo hacia los responsables de la publicación y durísimos ataques dirigidos a los integristas, amparándose en el derecho de libertad de expresión.
Semanas atrás, algunas de las voces que se alzaron en este país en defensa de la libertad de expresión, se rasgan las vestiduras y citan a declarar a los responsables de una revista satírica que publica en portada una caricatura de los Príncipies de Asturias. Y recientemente se repiten los hechos cuando un grupúsculo de antimonárquicos quema retratos de los Reyes. Los talibanes siempre están al quite.
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