El segundo de los casos salidos a la palestra, ha estado el del Teniente de Alcalde del Ayuntamiento de Palma Rodrigo de Santos, al cual la Fiscalía Anticorrupción le ha detectado unos gastos de 45.000 euros en locales de alterne para homosexuales.
Pero lo que realmente es escandaloso es que en este país parece ser que a algunos cargos públicos su nombramiento, aparte de estar generosamente remunerado, (se dan casos de alcaldes de ciudades medianas que se acercan o superan en sueldo al presidente del gobierno) lleva implícito la entrega de una tarjeta de crédito para no se sabe ciertamente qué. Ahora que está tan de moda la publicación de balanzas fiscales creo que resultaría un ejercicio muy sorprendente el conocer los gastos que realmente son sufragados con dichas tarjetas, y que mucho me temo que visto lo visto, son usadas con una generosidad pasmosa. Este caso a salido a la luz por la desproporción y el motivo de los mismos; pero si el gasto hubiese sido más moderado ¿realmente hubiese llegado a la opinión púbica?.
Las partidas de sueldos y gastos en algunos ayuntamientos de este país están siendo protagonistas demasiadas veces en los noticiarios y no precisamente por ser empleadas en paliar la injusticia social y el bienestar de los ciudadanos.
Es urgente legislar y limitar de alguna forma las remuneraciones en los Ayuntamientos; o cuando menos, la transparencia de las mismas, de la misma forma que són publicos los sueldos de los diputados, senadores y miembros del gobierno, deberían ser públicos los de los alcaldes de ciudades con un mínimo de habitantes. ¿Porqué no se aplica la misma norma en la administración local?
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